La hija de un paciente que falleció hoy presume que puede haber habido mala praxis y teme que su padre haya muerto por la enfermedad que causó el deceso de un médico en el sanatorio Luz Médica.
En medio de la consternación que generó la muerte de un médico y la internación de otros cuatro trabajadores de salud por una enfermedad aún no identificada, una nueva acusación pone en la mira al sanatorio Luz Médica, donde surgió este brote infeccioso que está siendo investigado. Gabriela Guzmán denunció en la justicia a la clínica por mala praxis y teme que su padre haya fallecido por este virus desconocido.
Su papá, Lorenzo Argentino Guzmán, de 84 años, ingresó al hospital el lunes de la semana pasada por un cuadro de covid-19. El viernes le dijeron que ya estaba en recuperación y el sábado le daban el alta, según contó Gabriela en diálogo con LA GACETA. Pero la situación cambió, su padre siguió internado, el lunes le informaron que estaba deshidratado y esta mañana recibió la peor noticia.
“Hoy a las 5 de la mañana, me llaman para decirme que mi padre había fallecido de un paro respiratorio por covid-19. Pero supuestamente él ya no tenía covid”, cuenta la mujer. Cuando esta mañana va al sanatorio, por el cuerpo de su papá, la sospecha de que la causa de la muerte haya sido otra fue generada por un personal de la salud. “Al principio no nos querían entregar el cuerpo y cuando iba saliendo, una persona (trabajadora de ahí) me dice que no murió de un paro”, relata.
A partir de ahí, Gabriela se puso en contacto con su abogada y radicó la denuncia, ya que no es la primera vez que tiene una experiencia amarga.
En marzo de este año, Lorenzo ingresó a Luz Médica por una infección uretral. “Pero por una mala praxis en ese momento, al arrancarles la sonda, se le destroza toda la uretra y, desde ahí, él se vino abajo, empezó a usar pañales, bajó 17 kg y quedó prácticamente postrado”, según el relato de su hija, quien ahora espera que le realicen una autopsia al cuerpo de su papá, para saber por qué murió.
“Todo es tan confuso”, advirtió, Gabriela, que en estos últimos meses estuvo a cargo de su papá. “En este tiempo se me fue la vida en tratar de salvarlo, para que en pocos días lo maten”, descargó, en medio del dolor por su pérdida y la incertidumbre que genera esta enfermedad aun no identificada en Tucumán.